En el pasado pleno de mayo de la Junta Municipal de Barajas,
de las cinco proposiciones que presentamos los socialistas con el objetivo de
mejorar la educación en el distrito, sólo se aceptó una, la de instalar wi-fi
en la sala de lectura de la calle Pilares.
Las otras cuatro iniciativas fueron rechazadas: se rechazó
solicitar la construcción de un nuevo centro educativo en el Ensanche de
Barajas, se rechazó organizar reuniones de los consejeros escolares, se rechazó
aumentar las inspecciones en las escuelas infantiles y se rechazó reponer el
servicio de prevención de adiciones.
El rodillo del PP volvió a actuar en contra de la educación
en el distrito. Las excusas fueron varias: desde decir que el servicio de
prevención de adicciones lo podían realizar otros trabajadores de la Junta,
cuando estos están desbordados; a decir que los consejeros se reunirían cuando
la concejala del PP lo dijera pero sin ningún compromiso; a rechazar un centro
educativo público porque van a regalar una parcela en Coronales a una empresa
privada de educación.
En el distrito de Barajas, tras la desaparición de la ESO
del IES Barajas, contamos con un único instituto público, frente a tres
privados con concierto educativo. Tal y como explicaron los socialistas en el
pleno, la ausencia de oferta pública impide la libre elección de los padres,
que se ven obligados a matricular a sus hijos en centros educativos privados
con concierto. Regalar una parcela pública, de todos los vecinos, a una empresa
educativa, en lugar de construir un centro educativo público es un nuevo ataque
del PP a la educación pública y a la posibilidad de elección de los padres.